Gabriela Maestre Azorín
El Barcelona Global Congress ha reunido a las grandes empresas del sector turístico catalán. La actividad turística depende de numerosos factores, y se enfrenta también a varios problemas. Las empresas se encuentran ante un panorama común sobre el que deben empezar a tomar decisiones. Aquí exponemos las principales causas que han hecho necesarias esta conferencia.
1. El peso económico del turismo
En la última década, el turismo ha aumentado un 33% en Barcelona. Y estas cifras no dejan de subir, como explicó la directora regional del World Travel & Tourism Council, Maribel Rodríguez.
El año pasado, el sector turística supuso un 15% del PIB de Barcelona. Esto equivale a 7,1 millones de euros, un 4,4% más que el año anterior. A pesar de ser un cambio casi imperceptible, el porcentaje que proviene de este sector cada vez tiene más peso.
Además, las actividades relacionadas directamente con la llegada de turistas, como la hostelería y la restauración, y algunas actividades de ocio, reciben el 81,9% de los gastos de los visitantes.
2. Precariedad laboral
La importancia económica del turismo se refleja también en los empleos: 1 de cada 10 están directamente relacionados con esta actividad. Pero no se puede negar que existen numerosas irregularidades, como gente trabajando sin contrato o haciendo obligatoriamente horas extras mal remuneradas.
Para evitar estas situaciones, se busca mejorar el compromiso social de los turoperadores. Con la colaboración de todas las partes se podría dar mayor visibilidad y certificación a aquellas empresas que den un trato justo a sus trabajadores, es decir, igualdad salarial entre hombres y mujeres, y contrato justo tanto a empleados como a subcontratados.
3. Congestión turística
Barcelona es una ciudad turistificada, y esto ha provocado conflictos entre los vecinos y las empresas del sector turístico. Por eso, uno de los retos más importantes planteados en el congreso es el de mejorar la percepción del residente.
Una de las propuestas más destacadas para alcanzar este objetivo es la de impulsar la comunicación con la comunidad. Mediante las nuevas tecnologías y aplicaciones, se podría proporcionar información exclusiva a los residentes, de manera que la convivencia sería más fácil y podrían llegar a ver los beneficios que les supone la llegada de turistas.
Por otro lado, esta comunicación seguiría siendo unilateral. A la salida del Global se celebró una protesta contra la masificación y la gentrificación. Cambiar la opinión de los residentes será muy difícil a corto plazo si se siguen desoyendo sus protestas.
4. Zonas de ocio mal aprovechadas
Siguiendo la línea del punto anterior, las actividades turísticas se concentran en zonas muy concretas, dejando otros destinos claramente desaprovechados.
Tomando como ejemplo el caso de Nueva York, se plantea invertir en otras áreas para que estas sean de interés para los visitantes. En concreto, impulsar todas las actividades culturales, especialmente las musicales, conseguiría cambiar el tipo de turismo que tiene como destino Barcelona.
Un punto de la ciudad en el que esto es evidente, es la Avinguda Paral·lel, que concentra un gran número de teatros y salas de música, pero está lejos de ser una zona turística.
5. Crisis de la ciudad
En último lugar, el problema más grave al que se ha enfrentado el sector turístico de la ciudad, la crisis que ha seguido al atentado de las Ramblas. Además, a esto se le ha sumado la inestabilidad política.
Aunque los efectos de esta crisis no han sido especialmente fuertes, sí que se ha notado un descenso en los visitantes con respecto al año pasado.
Para solucionar este problema, explica Greg Clark que no existe una única solución, sino que todos los sectores implicados deben trabajar juntos para promocionar y relanzar el turismo. Y así conseguir que la ciudad llegue al nivel de las grandes metrópolis.
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