top of page
Buscar

César Molinas: “No hay medidas contra la crisis a corto plazo”

Foto del escritor: turiscatturiscat

Actualizado: 1 jun 2018

El economista plantea sus soluciones a los problemas de los sistemas político, económico y educativo


Gabriela Maestre, Aixa Sánchez, Gara Báez, Olga Casado


P: Respecto a su último libro, La crisis existencial de Europa, escrito junto a Fernando Ramírez Mazarredo, ¿qué ha motivado su publicación? ¿De dónde viene la idea?

R: Todos los libros que yo he escrito vienen, para empezar, de un intento de aclarar mis propias ideas. Yo quería entender qué estaba pasando ahora en la Unión Europea con el auge de los populismos. Por qué este auge de los populismos, por qué esta crítica tan generalizada a la UE.

Estamos en un periodo de unas transformaciones económicas y sociales muy grandes. El empleo como forma predominante de trabajo está muy amenazado. Estamos en una sociedad donde el estado de bienestar (pleno empleo y seguridad frente a las contingencias de la vida, que son la salud, el desempleo y la vejez) ha sido el gran pacto de occidente, y está muy amenazado por una serie de factores. Entonces, ¿cómo pones esto en una perspectiva europea? Esto es lo que hace el libro.


P: En cuanto al Brexit, algunos gestos por parte de Theresa May han dado a pensar que no terminaría siendo efectivo. Lo cierto es que la realidad está demostrando lo contrario. ¿Qué consecuencias económicas y sociales crees que dejará el proceso en la UE y dentro del reino unido?

R: Yo creo que al Brexit es difícil darle marcha atrás. Creo que Europa no acaba de entender cuál es el problema y en el Reino Unido no acaban de entender lo que es Europa. Hay un problema de incomunicación, que

a mí me recuerda un poco a lo que está pasando ahora en España y en Catalunya.

¿Por qué ha pasado? Una cuestión de soberanía. Muchos británicos no soportan la cesión de soberanía que implica pertenecer a la UE. Creo además que es una decisión irreversible; ojalá me equivoque.


P: ¿El mayor problema sería para Europa en este caso, o para el Reino Unido?

R: Para el Reino Unido claramente. Hay un problema de tamaño. Las exportaciones de Europa al Reino Unido harán un acuerdo, pero deben estar entre el 10 y el 15%, mientras que las del Reino Unido a Europa suponen el 60.

P: Enlazando con esto, ¿cree que durante estos últimos años se está perdiendo el sentimiento europeo de pertenencia? ¿Existe algún remedio para reanimarlo?

R: El sentimiento nunca ha existido. Este sentimiento de pertenencia se tiene que defender, o si no la UE puede acabar desapareciendo, pero nuestra vida cotidiana está constantemente condicionada por Europa sin que nos demos cuenta, y lo aceptamos.

¿Qué nos falta? Un sentimiento de pertenencia que no saldrá si no mejora la legitimación democrática de las instituciones europeas. Y ahí es donde entra el emperador Macron. Está cambiando Francia y ya dijo antes de ganar las elecciones que luego arreglaría Europa.


P: Para terminar con el libro, es un hecho que todavía hay una tasa importante de paro en los años 2011, 2012 y 2013. ¿Cómo cree que se puede reducir esta cifra? ¿Y cree que llegaremos al porcentaje recogido antes de que comenzase la crisis (el 8,8% de 2007)?

R: Empiezo por el final. Sin hacer cambios muy profundos no, porque el paro registrado en 2007 fue el más bajo de la democracia. España tiene un problema de desempleo estructural muy elevado. ¿Cómo se arregla eso? Las medidas están bastante claras, y no hay ninguna a corto plazo.




P: O sea que el camino hacia la salida radica en la importancia de los agentes sociales, de estos sindicatos, que en España son casi inexistentes.

R: Descentralizar. Los 500 sindicatos de Portugal, descentralizar. Y tener unos servicios públicos eficaces de formación, pero ahí los intereses creados son tremendos. Está claro lo que hay que hacer, pero cuesta un montón.


P: El escritor y economista Miquel Puig decía que el problema radicaba también en la pobreza de España, en los sueldos muy bajos. ¿Está de acuerdo con esta afirmación?

R: No. Estoy de acuerdo con Miquel en muchas cosas, pero en esta no. Los salarios son muy bajos, pero es que la productividad en España es muy baja, por el inmenso peso que tiene el turismo. El otro gran sector es la construcción: vivimos un boom que fue impresionante, pero fue una burbuja, y aunque ahora se ha recuperado un poco, tiene menos de la cuarta parte del empleo que tenía entonces.

O sea que no hay soluciones a corto plazo. Hay que mejorar el capital humano de España, pero el actual Gobierno va en dirección contraria, recortando el presupuesto para investigación y desarrollo. En educación tampoco se consigue una reforma sensata. Tú haces una correlación del nivel de comprensión lectora y cálculo básico en 1860 con las tasa provinciales de paro de hoy y la correlación es brutal; eso quiere decir que la diferencia la marca la educación.


P: ¿Quiere decir que esto nunca se ha hecho bien, realmente? Porque la gestión en educación ha tenido que ser mala para llegar a esto.

R: No, en algunos sitios ha sido buena y en otros sitios ha sido mala. En los primeros, hoy en día hay un paro mucho menor, y en donde ha sido mala, el paro es altísimo. La única palanca para solucionar esto acaba siendo la educación, pero son procesos a muy largo plazo.


P: Te queríamos preguntar también por el libro Qué hacer con España. En él propones una serie de reformas para sobrevivir a esta economía global. ¿Hacia dónde crees que han ido esas reformas que tú propones desde 2013? ¿Nos encontramos en un panorama mucho más crítico?

R: Depende, como de costumbre; el mundo ha cambiado mucho. Tenemos unas instituciones excesivamente politizadas, aunque algunas han mejorado, pero si miras por ejemplo el Consejo General del Poder Judicial, ahí el trapicheo de los partidos políticos por colocar a los suyos es brutal. En el libro ya propongo, y me sigue pareciendo una gran idea, una elección por insaculación, es decir, metes los nombres de los posibles candidatos en un saco y lo sacas al azar; sería mucho mejor que lo que tenemos ahora. La justicia es más independiente de lo que la gente cree, lo que no lo es, es el Consejo General del Poder Judicial.

Los políticos colocan a los suyos en muchas instituciones del estado que tendrían que tener una neutralidad política que no tienen.




P: Si lo que prima son los intereses de estas instituciones, ¿cómo podemos solucionar ese abuso de poder de los partidos políticos?

R: No, priman los intereses de los partidos políticos. Estos representan a una parte de la sociedad, y busca su interés; es la competencia entre los partidos lo que refleja la pluralidad de toda sociedad democrática. Pero tienen que rendir cuentas, tienen que tener democracia interna, tienen que tener congresos internos… y a nosotros esto nos parece fundamental.


P: Dentro de estas reformas, te queríamos preguntar, como estudiantes, por las reformas universitarias. Hay un panorama precario, y queríamos saber qué opinas de cómo ha evolucionado. Por ejemplo, ahora los estudiantes solicitan la admisión a cada universidad en base a las pruebas que esta pone. ¿Es este el camino a seguir por las universidades para mejorar la situación? Porque en el libro se llega a plantear el cierre de la universidad…

R: Más que una medida practicable, lo que propongo en el libro es un grito de desesperación. ¿Dónde se ha visto en una universidad de fuera de España que los estudiantes y el personal docente voten al rector? La democracia sirve para algunas cosas, no para llevar una universidad.

En Estados Unidos, a los catedráticos los nombra el rector, y les paga lo que le parece oportuno, por supuesto no les paga a todos igual. ¿Quién nombra al rector? El patronato de la universidad, los que han puesto el dinero.

Es una institución mal concebida en España, la calidad académica de los profesores de la universidad, con algunas excepciones (hablando siempre de la pública, no de la privada) es lamentable. Tienes universidades con una calidad alta, pero ¿por qué tenemos 50 universidades o más?



La universidad no es el sitio para la democracia, es sitio para dar una buena educación y, si además se puede, hacer dinero.


P: Pero esta forma de gestión puede derivar en que solo unos pocos tengan acceso a ese tipo de educación. Igual que puedes acceder por mérito, se puede acceder por ingresos, y esto puede ser un problema, ¿no?

R: No te equivocas. Yo soy partidario de lo siguiente: el coste de un estudiante en la universidad española creo que está sobe los 11.000€, y se pagan unos 2.000 de matrícula. Le daría una beca a todo el mundo, por la diferencia entre 2.000 y 11.000, y esta beca te la renuevo si no suspendes. Solo con esto se limpiaría la universidad de gente que suspende una y otra vez.


P: Por último, si me permites, queríamos preguntarte por el proceso político que ha sufrido Cataluña. ¿Crees que la utilización del gobierno del artículo 155 era la única salida que se podía tomar?

R: En el tema catalán no quiero entrar a fondo, pero sí hacer una serie de pensamientos:

1. Conviene leer la historia de Cataluña. Si Cataluña hubiera sido siempre un país independiente, hubiera sido el país de Europa con más guerras civiles. Tiene una raíz anarquista que viene de mucho antes de que se inventara el anarquismo; la primera revuelta popular de Europa tuvo lugar aquí. O sea que es un país muy propenso al conflicto civil.

Mucha gente no lo sabe, pero los catalanes ya se han marchado antes. Se unieron a la corona francesa de Luis XIV, pero a los 20 años se volvieron. Llueve sobre muy mojado.

2. Hay un déficit en España y en Cataluña de intentar ponerse en el lugar del otro para intentar entenderse mejor. Nunca se tenía que haber llegado al 155, nunca; pero nunca se tenía que haber llegado a una proclamación unilateral de independencia. Ha sido un diálogo de sordos desde hace 10 o 15 años.

Es lo mismo que ocurre con los ingleses, que no intentan entender a la UE.

No sé lo que va a pasar, pero sé que no va a acabar bien.


P: Y después, a pesar de la aplicación de este 155, las empresas y los inversores extranjeros siguen marchándose de Cataluña. ¿Qué solución podemos plantear ante este tema?

R: De momento es más formal que de contenido. Tú te llevas la sede fiscal y no tiene necesariamente muchos efectos sobre la actividad económica y el empleo en Cataluña, porque las fábricas siguen aquí. Es una señal al futuro gobierno de la Generalitat, pero no exageraría en ese punto, porque hay empresas que se pueden llevar la actividad con facilidad y otras que no.

26 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


¡NEWSLETTER!
  • Grey Google+ Icon
  • Grey Twitter Icon
  • Grey LinkedIn Icon
  • Grey Facebook Icon

© 2023 by Talking Business.  Proudly created with Wix.com

bottom of page